Renta fija: cómo funciona realmente

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La renta fija es el mercado que más inversores atrae en todo el mundo, por encima de las bolsas y de las materias primas. Sin embargo, su funcionamiento no es tan conocido como el de la renta variable o el de otros instrumentos financieros. Entre las razones, que buena parte de sus inversores son institucionales y que es menos accesible que la bolsa. 

Además, la renta fija ni siquiera es fija. Solo por es, es necesario interesante saber qué es la renta fija y cómo funciona realmente.

¿Qué es la renta fija?

La renta fija es el mercado de deuda y engloba tanto a emisores públicos, como corporativos y privados. Su función es la de recaudar fondos para financiarse a cambio de devolver ese dinero más los intereses acordados previamente, de ahí que reciba el nombre de renta fija.

En otras palabras, son una fuente de financiación para Gobiernos y empresas. 

Los intereses de esa deuda pueden ser abonados de forma implícita o explícita a lo largo de la vida del activo, ya sea mediante cupones periódicos fijos o variables o a vencimiento, como ocurre con las Letras del Tesoro. 

Dependiendo de cómo el emisor decida pagar los intereses, se clasificará como renta fija con rentabilidad implícita (en el caso de activos cupón cero, como una Letra del Tesoro), o con rentabilidad explícita (en el caso de bonos u obligaciones que pagan cupones periódicos fijos o variables).

Para entenderlo mejor, un cupón cero no abona pagos mensuales, sino que paga los ingreses a su vencimiento, mientras que un bono con renta explícita, abonará intereses de forma periódica. 

¿Cómo funciona realmente la renta fija?

En el mercado de renta fija, el emisor, que puede ser desde una administración pública hasta una empresa, lanza al mercado un bono por valor de X millones para financiarse. Los inversores compran el bono y reciben un interés fijo preestablecido – en la mayoría de los casos – que pueden ir recibiendo de forma periódica o al vencimiento del bono.

En el momento de la emisión se especifica el valor nominal del instrumento, la tasa de interés (cupón), la fecha de vencimiento y las condiciones de pago. Durante la vida útil de la deuda, el emisor realiza pagos periódicos de intereses al inversor, generalmente semestrales o anuales, basados en la tasa de interés especificada en el momento de la emisión y en el valor nominal del bono.

Se puede ver mejor con el siguiente ejemplo:

El banco XR emite un bono por valor de 100 millones de euros a 5 años, con un interés anual del 4,5% y pagos anuales del cupón. El inversor, que puede ser una gestora de activos, compra el bono por valor de 100 millones y cada año recibirá 4,5 millones de euros de beneficio en forma de intereses. Al finalizar el bono, el inversor recibirá los 100 millones más un beneficio bruto de 22,5 millones – 4,5 millones cada año –.

El mercado primario y secundario

Este es el funcionamiento básico de la renta fija. 

Ahora bien, la deuda no solo funciona mediante emisiones. La renta fija se compone de un mercado primario y del secundario

En el primario, un emisor lanza un bono y un inversor lo compra, siguiendo el ejemplo anterior. Es donde se emite la deuda nueva.

En el mercado secundario, el inversor puede decidir vender su bono a otro inversor a un precio distinto al que lo ha comprado. Es lo que da liquidez a la renta fija y que hace que no sea fija. 

Y es que, el valor de un bono fluctuará en se mercado en función de distintas variables, como los tipos de interés. Dicho de otra forma, aunque el inversor haya pagado un precio nominal de 1.000 euros por un bono, su valor puede cambiar. Habrá momentos en los que lo pueda vender por su totalidad más casi todos los intereses a percibir y otros en los que no conseguirá recuperar su inversión inicial. 

Por ejemplo, imaginemos un  bono con dos años de vida. Durante ese tiempo los tipos de interés han bajado y, por lo tanto, las nuevas emisiones pagan intereses menores. 

En ese caso, sería posible vender ese bono por 1.100 euros, aunque su valor inicial fuese de 1.000 euros. En ese caso el valor del bono ha subido, aunque siga pagando los mismos intereses, que ahora recibiría el segundo inversor que ha recomprado el bono.

De esta manera, el primer inversor recibiría 110 millones más 9 millones – 4,5 por año de intereses – en solo dos años de mantenimiento del bono, en lugar de tener que esperar cinco años para recibir 122,5. Esto se debe al impacto de los tipos de interés en la renta fija.

La importancia de los tipos de interés

El mercado de la renta fija está fuertemente influido por los tipos de interés, como se ha visto en el ejemplo anterior. Así, si los tipos de interés suben, el valor de los bonos ya emitidos bajaría porque los nuevos bonos pagarían más intereses que los ya emitidos.

Un ejemplo:

En el año 2020 con los tipos de interés al 1%, el banco XR emitió un bono al 4,5% anual. En el año 2022 subieron los tipos de interés hasta el 3%, ese mismo año el banco XR emite un bono al 6,5%. Esto supone que el valor del primer bono es inferior al segundo, aunque los dos fueran de 1.000 euros. Ahora, el primero de ellos estará peor valorado en el mercado secundario que el segundo porque paga menos intereses.

Sin embargo, si los tipos de interés bajasen, ocurriría lo contrario. El valor de los bonos antiguos – emitidos antes de la bajada de tipos – será mayor al valor de los bonos nuevos.

¿Influyen los tipos de interés si el bono se mantiene a vencimiento?

La respuesta corta es no. Si alguien compró un bono al 4,5% en 2020 con una duración de cinco años, seguirá recibiendo cada año un pago del 4,5% cada año en forma de intereses y los 1.000 euros al vencimiento del producto. Lo único que cambia es el valor de ese bono en el mercado secundario si los tipos de interés han sufrido una variación. 

Quienes no vendan su bono, no sufrirán pérdida alguna y recibirán los intereses pactados. Por eso se llama renta fija, porque si se aguanta hasta el vencimiento, los intereses no cambian respecto a lo acordado en la emisión.

Para los inversores en renta fija, la estrategia debe estar alineada con el movimiento de los tipos de interés. Si se prevé una bajada de estos, es positivo comprar bonos antes de que se produzca una reducción de las tasas. Mientras que, si se prevén subidas, es recomendable esperar a que lleguen para comprar bonos.

Un mercado muy amplio

Dentro del mercado de bonos, existen muchas variantes. Desde los bonos convertibles (conocidos como CoCos), hasta los bonos ligados a la inflación, los bonos azules, los bonos verdes o los bonos de cupón cero. 

No todos tienen el mismo funcionamiento, por eso, si no se va a optar por la vía tradicional, es necesario informarse de cómo funciona cada tipo de bono para invertir con un mayor conocimiento en este amplio mercado de la renta fija.

La emisión de deuda es solo una forma de financiar una empresa o un proyecto, existen otras alternativas de financiación según el mercado en que se opere. Una de ellas es el crowdfunding inmobiliario, con el que se pueden financiar proyectos inmobiliarios de forma ágil y en condiciones favorables. 

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