La gestión del recurso energético

La gestión del recurso energético

El uso responsable de la energía es una de las tareas pendientes en nuestros hábitos de consumo. Al tratarse de un recurso preciado para el ser humano, es de vital importancia comprender y ejecutar distintos sistemas de gestión del recurso energético por parte de empresas que se dedican a este sector.

Con el fin de lograr esa optimización, nacen estos protocolos de gestión, aportando nuevos beneficios en materia de sostenibilidad al alcance de cualquier persona. Desde wecity, vamos a repasar en qué consisten estos sistemas y qué posibles beneficios pueden llegar con su implantación.

¿En qué consiste?

Cuando se habla de administrar el uso de la energía, se hace alusión directa a la optimización del uso que hacemos de la energía de una forma racional y eficiente, todo ello intentando repercutir al mínimo las prestaciones anteriores.
Mediante estos mecanismos, se pueden detectar nuevas oportunidades para mejorar la propia calidad de los sistemas energéticos. De esta manera, se logrará que los consumidores conozcan, identifiquen y posteriormente implanten mejoras a nivel de eficiencia energética.

Requisitos que reúne

Para llevar a cabo su instalación en cualquier organización, estos sistemas deben pasar por distintas fases, a causa de afectar directamente a todos los procesos que demanden la utilización de este recurso, es decir, una gran mayoría. A día de hoy, existe el certificado ISO 50001, de vital importancia su adquisición para contar con un sistema óptimo de gestión.

Beneficios directos

Algunos de los beneficios que se plantean por cumplir los requisitos de la normativa vigente son la posibilidad de gestionar la energía de forma sistematizada, algo fundamental a largo plazo. No solo permite una mejora al instante, sino que crea una tendencia de mejora prolongada a lo largo del tiempo. Esta clase de mejora se le conoce como Círculo Deming, y consiste en cuatro sencillos pasos:

Planificación. Identificación de aspectos energéticos que van a ser tratados junto con sus respectivas obligaciones legales relacionadas.

Ejecución. Tras planificar, se asignan recursos energéticos acorde con la estrategia decidida. En esta fase se debe explicar a los miembros de la organización cómo se va a desarrollar nuestro plan de gestión de recurso energético. Se aplicarán los controles primerizos.

Verificación. Se deben medir los cambios detectados tras la ejecución del sistema. Evaluación de los beneficios y cumplimientos legales, se recomienda realizar auditorías para un mejor seguimiento.

Actuación. Como último paso, se debe evaluar todo el proceso para la comprobación de su efectividad y así ejecutar en un futuro posibles mejoras.

Ventajas especificas

Actividad continua. Una de las ventajas de estos sistemas de gestión del recurso energético consiste en trabajar en tiempo real, es decir, está constantemente trabajando y aportando datos actualizados.

Al optimizar el gasto de energía, directamente repercute con el gasto económico de la compañía dedicado a consumir recursos.

Impacto en el medio. El margen de reducción del impacto medioambiental es considerable. Además, al tratarse de un proceso que siempre tiende a mejorar, con el paso del tiempo y una buena estrategia se puede lograr un impacto mínimo.

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